Los precios de la Canasta Básica Alimentaria Urbana (CBAU) experimentaron una disminución de US$8.34, pasando de US$256.56 en mayo de 2024 a US$248.22 en mayo de 2025, lo que se traduce en un descenso del -3.25%. En contraste, la Canasta Básica Alimentaria Rural (CBAR) aumentó ligeramente, ubicándose en US$179.75 en mayo de 2025, un incremento de US$0.68 respecto a los US$179.08 del mismo mes del año anterior. Asimismo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) general reflejó una variación deflacionaria mínima del -0.21%, al bajar de 130.71 puntos en mayo de 2024 a 130.44 puntos en mayo de 2025, lo que indica una ligera estabilización en los precios al consumidor a nivel nacional.
Sin embargo, los últimos datos proporcionados por la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (ONEC) no analizan el efecto del aumento del 12% del Salario Mínimo, anunciado por el presidente Nayib Bukele en mayo de 2025 y que entrará en vigor en junio de ese mismo año.
La reciente evaluación de la cobertura de las canastas básicas frente a los salarios mínimos en mayo de 2025 revela una mejora significativa en el poder adquisitivo de los trabajadores salvadoreños. La Canasta Básica Alimentaria Urbana (CBAU) individual, que se sitúa en US$60.50, muestra un notable margen de cobertura en diversos sectores económicos. Por ejemplo, el sector de maquila supera el costo unitario por US$341.76, lo que equivale a una cobertura del 664.81%. De manera similar, los sectores industriales, comerciales y de servicios generan un excedente todavía mayor, alcanzando una cobertura del 675.62% con un salario de US$408.80. A su vez, el sector agrícola, aunque presenta cifras más modestas, también evidencia una capacidad de cobertura importante.
Este panorama se complementa con la tendencia deflacionaria observada entre mayo de 2024 y mayo de 2025, donde la CBAU experimentó una disminución del 3.25%. Esta caída en los precios se traduce en una mejora efectiva del poder adquisitivo, especialmente tras el incremento salarial del 12% implementado en junio de 2025. Las categorías de consumo más beneficiadas incluyen alimentos y bebidas no alcohólicas y transporte, lo que genera un efecto positivo en la capacidad de ahorro y consumo de los hogares, particularmente en el ámbito rural, donde todos los sectores presentan márgenes de cobertura superiores al 150%. En conclusión, la interacción entre el ajuste salarial y la disminución de precios refleja un avance significativo hacia una estabilidad económica más equitativa, beneficiando a diversas capas de la población.