Agencias
Alemania decidió este martes suspender el gasoducto Nord Stream II tras el reconocimiento por parte de Moscú de los territorios separatistas prorrusos en Ucrania.
El jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz anunció la suspensión de la certificación del gasoducto, imprescindible para su puesta en marcha. El proyecto será sometido a una «reevaluación» política por parte del Ministerio de Economía debido a la nueva «situación geopolítica».
El gasoducto no estaba en funcionamiento por un bloqueo legal del regulador energético alemán porque aún no cumple la legislación europea y alemana en materia de industria.
Pero la decisión anunciada el martes va más allá.
El gobierno alemán decidió así retirar un dictamen «político» favorable según el cual el proyecto no suponía ningún riesgo para la «seguridad» nacional. Un dictamen que ahora se revisará.
El anuncio alemán provocó una reacción burlona del expresidente ruso Dmitri Medvédev: «Bienvenidos a un nuevo mundo, en el que los europeos pronto pagarán 2.000 euros por 1.000 metros cúbicos de gas», una suma enorme para Alemania, que solo en 2020 importó 56.300 millones de m3 de gas ruso, es decir, el 55% de sus necesidades de gas.
La Casa Blanca, a través de su portavoz Jenber Psaki, «celebró» la suspensión del Nord Stream 2.