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Mauricio Choussy advirtió en la entrevista Frente a Frente de TCS, que la economía salvadoreña ya se enfrenta a una fuerte desaceleración que la llevará a su dinamismo más bajo en años.
Los escenarios mundiales que se avecinan “definitivamente tendrán un efecto en la economía” salvadoreña, alertó. Añadió que la crisis no solo lastrará los indicadores macroeconómicos, sino también los sociales y los políticos.
Después de una contracción histórica en 2020 y la recuperación en 2021, la actividad económica mundial se vio afectada en 2022 por la invasión rusa a Ucrania que puso en jaque a varios países por la dependencia a las importaciones del crudo. Esto afectó sobre todo a la Unión Europea que compraba grandes cantidades de gas desde Rusia, mientras que las alertas en el resto del mundo se elevaron por el disparo en los precios del crudo y los fertilizantes.
“Es un mundo complejo y ese entorno nos va a golpear” y “se ve claramente que vamos a una desaceleración”, matizó el economista, quien estima que la economía salvadoreña sí crecerá este 2023, pero lo hará a una tasa mucho más baja que la registrada en 2022. “Yo creo que nos quedaremos con 1.3 %”, dijo.
Aseguró que el Banco Central de Reserva no tiene una proyección fija para este año, pero espera que la actividad económica no crezca menos del 2 % ni más del 3 %, después de un 2.8 % en 2022. Las proyecciones de los multilaterales, por su parte, apuntan a un menor dinamismo entre 1.5 % y 2 %.
Choussy considera que en la economía pesa más la inflación que el nivel de endeudamiento, donde criticó que el análisis se centró el año pasado en el entorno fiscal. “No estamos tan endeudados”, dijo al recordar que el resto de las economías han tenido que recurrir a paquetes de nuevo financiamiento para enfrentar las sucesivas crisis desde 2020.
“Eso no quiere decir que no tenemos que buscar una solución a ese problema de la deuda o que podemos seguir endeudándonos”, matizó.
Además de la inflación, que pesa sobre las familias salvadoreñas por el alto costo de la vida, el economista puso las alarmas a la fuerte reducción en las reservas internacionales de El Salvador del 33 % en seis meses, en un contexto donde el país se enfrenta a dificultades para acceder a financiamiento.
Las reservas internacionales netas (RIN) son una especie de “depósitos” de un país, que le permite acceder a financiamiento ante una crisis externa temporal. El estándar es tener suficiente para cubrir al menos tres meses de importaciones, considerando que El Salvador es una economía dolarizada y depende del ingreso de divisas, pero actualmente no alcanzaría ni para dos meses.