Poco a poco se va confirmando lo que han dicho algunos analistas políticos, entre ellos  Giovani Galeas, que luego del fin de la guerra que vivió nuestro país, ARENA y el FMLN hicieron una alianza estratégica que dejaba establecido que los dos partidos gobernantes serían ellos, tal como se da en Estados Unidos donde los demócratas y republicanos ganan las elecciones.

Ya vienen las elecciones presidenciales y soslayadamente el FMLN y ARENA, se unen con sus elementos Celia Medrano, una militante soslayada del FMLN  y Luis Parada, un antiguo dirigente de ARENA se unen formalmente como candidatos presidenciales por el grupo Sumar.

A ambos se afiliaron a Nuestro Tiempo y desde ese partido político pretenden invitar al resto de la oposición, y a movimientos de la sociedad civil ligados con la derecha, para enfrentar a Nayib Bukele en las próximas elecciones.

A simple vista, esta alianza parece válida pues en el marco del juego democrático es valedero que fuerzas políticas se unan para lograr un objetivo, en este caso tratar de desbarrancar a Nayib Bukele de sus aspiraciones de ganar las próximas elecciones presidenciales de 2024.

Pero el trasfondo de esto es que ARENA y el FMLN tenían ese plan desde la firma de los Acuerdos de Paz estar unidos, y siempre mintieron al pueblo haciendo creer que los dos partidos eran como el agua y el aceite que jamás se unen.

También decían que los dos partidos luchaban por diferentes causas, ARENA destacaba que buscaba que El Salvador no cayera en las manos del comunismo, y el FMLN que luchaba por beneficiar a la clase trabajadora.

Algo que también no se ha dicho es el papel que está jugando en este juego sucio Manuel “el chino” Flores al proclamarse aspirante a entrar en la contienda política aspirando a ser candidato a la presidencia, porque parece que todo esto era una sucia mentira y un plan orquestado con antelación.

Pero las circunstancias de hoy en día les obligaron a quitarse la careta y darse a conocer tal como son, y que bueno porque ahora los salvadoreños ya conocen la verdad que por más de 30 años se había mantenido oculta.

Vamos  ver cómo responde la población salvadoreña este febrero, cuando acudan a las urnas a votar por los candidatos a la presidencia. Entonces sabremos si es cierto que los salvadoreños hemos despertado o seguimos siendo un pueblo engañado. La verdad la sabremos dentro de ocho meses.