(AFP) – Claudia Sheinbaum confirmó que el canciller Juan Ramón de la Fuente y Marco Rubio, secretario de Estado, tuvieron una llamada telefónica, dijo que la charla fue “muy cordial” y aseguró que la migración y la cooperación en Seguridad fueron los temas que se trataron.

“Fue una muy buena conversación”, afirmó la presidenta, que había puesto entre sus prioridades arrancar el diálogo bilateral tras el regreso de Trump a la presidencia, el pasado 20 de enero.

Pese a la avalancha de decretos que emitió el republicano apenas tomó posesión, Sheinbaum mantuvo el aplomo y confío en que ambos Gobiernos mantendrán una buena relación.

Rubio es el primer miembro confirmado del Gabinete de Trump, al ser ratificado el lunes por unanimidad por el Senado como el próximo jefe de la diplomacia estadounidense. Todo lo que se sabe de manera oficial sobre la llamada con su homólogo ha salido de las autoridades mexicanas.

El secretario de Estado, sin embargo, ha dejado claro cuáles serán los objetivos de Washington en esta nueva etapa. “Primero, debemos frenar la migración masiva y asegurar nuestras fronteras”, destacó el político cubano-estadounidense en la lista de prioridades que publicó esta semana al asumir el puesto.

Esos fueron, precisamente, los temas que trajo a la mesa con México. “Nuestras relaciones diplomáticas con otros países, en particular del Hemisferio Occidental [América], van a priorizar la seguridad en las fronteras de Estados Unidos, terminar con la inmigración ilegal y desestabilizadora, y negociar la repatriación de los inmigrantes ilegales”, agregó.

Trump anunció el regreso del programa Quédate en México (formalmente, MPP), que obliga a los solicitantes a esperar el resultado de sus procesos fuera de territorio estadounidense.

También habló del envío de tropas militares a la frontera y cambios en las prácticas de detención de los inmigrantes indocumentados que facilitan su expulsión “exprés”, así como la desaparición de la plataforma CBP One, una de las últimas vías de entrada legal que permanecían abiertas para quienes piden asilo.

México no ve con buenos ojos el torbellino de decretos, al tacharlos de “medidas unilaterales” y asegurar que las medidas que se terminaron habían logrado frenar los flujos de personas en un 78% en los últimos meses.

Pese a los anuncios, el Gobierno de Sheinbaum enfatizó que el país está preparado para recibir a sus ciudadanos y ha anunciado medidas de contención de su lado de la frontera, como la apertura de albergues y planes de logística para facilitar los traslados.

Rubio ha sido el emisario de la visión de Trump frente al mundo, aunque también se ha presentado como una cara más amable de la diplomacia estadounidense.

El diplomático se pronunció en su audiencia de confirmación de la semana pasada en contra de la política de “puertas abiertas” de la Administración de Joe Biden, habló de una crisis migratoria “histórica” y se refirió varias veces al “terror” que infunden los carteles del narcotráfico, así como de cómo se aprovechan del tráfico de drogas y de personas. En esa misma sesión del Senado, sin embargo, aseguró que la designación de los carteles como grupos terroristas (hoy una realidad) era una “herramienta imperfecta” y que privilegiaba la opción de colaborar con el Gobierno mexicano “como socios”.