Editorial

Mucha gente, no solo en El Salvador, sino en otros países de América, cree que en Estados Unidos se ejecuta una política bastante honesta, pero eso no es cierto y la prueba de eso es lo que está pasando en la nación del norte donde los demócratas, al mando de Joe Baiden y de los senadores de su partido están fraguando en este momento.

Sucede que el gobierno de Joe Biden es un desastre y va en picada cada día,  y lo más probable es que pierda las elecciones y el próximo gobierne sea de los republicamos.

Ante esta realidad los demócratas están haciendo una serie de acciones políticas para desprestigiar a su oponente, el expresidente Donald Trump, que ha dicho que buscará gobernar de nuevo y según las encuestas es posible que así sea.

Ante esto, los demócratas han iniciado una campaña para desprestigiar a Donald Trump y evitar a toda costa que participe en las próximas elecciones.

Así las cosas, Donald Trump, se convertirá el primer exmandatario que será acusado de un delito penal cometido en 2016, cuando adelantaba su campaña para llegar a la Casa Blanca.

El gran jurado de Manhattan señala en sus argumentos que Trump pagó 130 mil dólares, hace siete años, a la trabajadora sexual Stormy Daniels para que no revelara una noche de pasión que al parecer vivieron en el 2006.

En la presentación de los cargos, el fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, presentó las pruebas del cuantioso pago y reseñó que este fue hecho por Michael Cohen, un abogado de Trump.

Pero lo que las noticias no dicen es que el fiscal Bragg ha sido patrocinado y financiado por George Soros, un multimillonario que con su dinero influye en la política mundial. Soros fue el que financió al periódico el faro para que montara una campaña a favor de las pandillas y atacara a Nayib Bukele.

Como periódico Vértice, no nos importa si los republicanos o los demócratas ganan las próximas elecciones en Estados Unidos, que se realizarán el  martes, 5 de noviembre de 2024. Lo que pretendemos es orientara los salvadoreños para que no se dejen engañan y crean que la política partidista estadounidense es clara, veraz y honesta, porque eso no es cierto.