Carlos Driótez

George Soros nació en Hungría  logró amasar una verdadera fortuna como administrador de un fondo de cobertura, suele ocupar los titulares de los principales periódicos del mundo por su labor “filantrópica” y por su rol como “activista político”, pero no cuestiona la política injerencista y  malévola de los Estados Unidos.

En El Salvador Soros trata de incidir políticamente, a través de su financiación al El Faro por medio de su fundación Open Society Foundation. De igual manera financia otros medios de comunicación en America Latina.

Soros fue uno de los primeros en apoyar a la candidatura del ex presidente Barac Obama, allá por 2008.

Es escalofriante saber que un personaje como Soros puede estar manipulando a cualquier sector político en El Salvador, normalmente Soros apoya políticos que no están a favor de muchedumbre, y hace hasta lo imposible por derrotar a esos que se alzan en contra de la desigualdad, así como lo hizo con Venezuela y otros países.

Soros también ha financiado por más de 10 años a Human Rights Watch, por parte de su Open Society Foundations, con el objetivo de proteger y promover de manera más efectiva los “derechos humanos alrededor del mundo”, pero sucede que Human Rights Watch protege los derechos de los pandilleros que por  más de 20 años han causado dolor y lagrimas a los “más pobres de los pobres” de El Salvador y no a los políticos, ni millonarios a esos las maras nunca los tocaron.

Ahora Human Rights Watch, ante la efectividad del Plan de Control Territorial y el Régimen de Excepción que ha permitido la captura de más de 50 mil pandilleros, sale en defensa de ellos asegurando que están violando sus derechos humanos. Igual hace el FMLN, ARENA y Vamos, junto con la UCA y algunas iglesias cristianas.

Este miércoles 7 de diciembre, Human Rights Watch pidió al presidente Nayib Bukele que ponga fin al Régimen de Excepción y suspenda las capturas de los delincuentes que está llevando a cabo la PNC junto con la Fuerza Armada a nivel nacional.

Pero la respuesta del mandatario fue:

“no”. Bukele añadió que la misión es terminar con el último pandillero, y el pueblo salvadoreño honrado, sufrido y trabajador lo apoya.

Bukele ha rechazado las críticas de Human Rights Watch y otras organizaciones internacionales que han criticado el Régimen de Excepción y las ha acusado de estar a favor de las pandillas.

Ante esta situación es importante que los medios de comunicación responsables, que no defienden intereses económicos de terceros,  ni responsan a la clase oligarca del país pongan atención y se sumen para informar con la verdad, para que nadie los engañe y defiendan la política de exterminio de los grupos pandilleriles que por décadas han azotado a los salvadoreños.