Editorial

La mayor parte de salvadoreños estamos acostumbrados a botar basura en las calles, ya sea que la lancemos cuando caminamos, desde un automóvil o desde un transporte público, pero eso se acabó. De manera muy acertada los diputados aprobaron un pliego de reformas al Código Penal y a la Ley del Medio Ambiente para castigar con cárcel y/o multas a quienes lancen o abandonen basura y residuos en lugares públicos.

Las reformas al Código Penal establecen que botar basura en peso mayor de dos libras en lugares no autorizados será penalizado con una multa de $1,500 que de no pagarse se caerá en insolvencia tributaria, no se obtendrá la solvencia policial y no se podrá salir del territorio nacional.

Además, se estableció una pena de prisión de uno a tres años de cárcel cuando se ponga en peligro al medio ambiente, se altere el funcionamiento de los acueductos o se afecte la salud; sin embargo, la pena podrá sustituirse por trabajo de utilidad pública de jornadas de limpieza.

La reforma a la norma penal también castiga con la suspensión de la licencia de conducir por seis meses cuando la basura se lance desde un vehículo automotor.

Las enmiendas también imponen una responsabilidad civil de $25,000 o el cierre del establecimiento cuando se ponga en peligro la vida humana.

Ya era tiempo que esto pasara en El Salvador donde es común ver en las calles decolonias y barrios grandes promontorios de basura que afectan el medio ambiente y lo que es peor cusan enfermedades a los vecinos.

Pero la reforma se quedó corta porque que sanción tendrán las alcaldías que no recolecten esos grandes promontorios de desechos sólidos, a las comunas también se les debe sancionar.

Esperamos que esta medida cambié de una vez por todas esa mala práctica de botar basura en las calles y seamos un país diferente, ejemplo para otras naciones que mantienen limpias sus calles y aceras. Ya es tiempo de que El Salvador sea ejemplo para el mundo entero como un país limpio, aseado, ordenado y cumplidor de la ley